Hay momentos en la vida en los que no te apetece en absoluto que nadie te cuente lo bien que le va en la vida. No quieres leer ni un artículo más de personas que han superado sus problemas, que, a priori, son mil veces más gordos que los que tú puedas (creer) tener. Pasas de largo post y artículos que hablan sobre “lo positivo” que puede ser tu día a día. No estás en ese momento.
Te encuentras fatal. O estás demasiado enfadado con el mundo, o te echas a llorar a la mínima que alguien te roza el brazo sin querer. No sabes bien cómo has llegado a ese momento, no ves salida, no quieres salir. Todo te molesta, te hace daño, no tienes paciencia, no soportas nada.
¿Qué hacer en esos momentos?
Os comparto algunas de las cosas que yo he llegado a hacer, por si os pueden ser de utilidad:
- DESAHOGARTE. Busca aquello que más te ha ayudado en otras ocasiones para quitarte parte de ese enorme peso que sientes en este instante. A veces puede ser, simplemente, que te acerques a una persona con la que vivas (tu madre, padre, marido, mujer, hijos, compañera o compañero de piso, etc., el que sea) y le pidas un abrazo, pero de los de verdad. De esos que duran 20 segundos, y que son terapéuticos (¿sabíais que un abrazo de esas características libera oxitocina – conocida como la hormona del amor – y que ayuda a relajarnos, a no estar tristes, reduce la ansiedad y la presión arterial? ¿Sabíais, además, que una persona necesita de media unos 10 ó 12 abrazos diarios?)
- PARAR LOS PENSAMIENTOS QUE TENEMOS EN ESE MOMENTO. ¿Cómo? Cambiando nuestra atención, enfocándola en otras cosas. Por ejemplo, en mi caso, he llegado a ponerme a limpiar en casa, recogiendo el salón, la ropa del tendedero. En lugar de seguir enredada en el “ovillo” de mis pensamientos negativos, hacía un enorme esfuerzo por levantarme del sofá, o de la cama y me ponía a colocar cosas, o a limpiar el baño. Poniendo toda la atención de la que era posible en lo que estaba haciendo. En época de exámenes, me tomaba mis descansos limpiando la cocina. Me relajaba mucho, cambiaba una actividad estática por otra activa, y le hacía un favor a mi madre, que tampoco me lo había pedido y me daba un gran abrazo como recompensa.
- TOMARTE UN CHOCOLATE CALENTITO. O un café. ¿A quién no le gusta tomarse un chocolate a la taza calentito (y más en esta época del año)? Cuando uno está de bajón las hormonas andan bastante revolucionadas y tomar chocolate genera endorfinas, una de las hormonas conocidas que tienen la capacidad de provocar felicidad. También aumenta la serotonina en el cerebro, actuando como antidepresivo y despertando el ánimo.
- ESCRIBIR EN EL DIARIO O EN TU BLOG. Hay personas, como yo, a las que escribir les sirve para desahogarse. Puede ser en un diario, o en un blog. Poner tus sentimientos y pensamientos en un papel, o en un ordenador, hace que esa energía salga fuera de ti. Te da tiempo a pensar antes de escribir, para escoger bien las palabras que expresen lo más adecuado posible aquello que estás experimentando justo en ese momento. Incluso, puedes componer una canción, escribirlo como un poema, o una historia.
- LLAMAR/HABLAR CON ALGÚN AMIGO O AMIGA. ¿Cuántas veces has usado el teléfono para contarle a un amigo o amiga lo que te está pasando, tus problemas, para sentirte escuchado, apoyado y, en definitiva, querido? Decir en voz alta lo que pensamos y sentimos es terapéutico y seguramente nos encontremos con opiniones con las que no contábamos, lo que nos aliviará y ayudará a salir del paso.
6. PASAR TIEMPO CON TU MASCOTA. (Si la tienes, claro). Es verdad que no es lo mismo tener un acuario, que un perro, o un gato. Ver una peli con tu perro, o gato, o pájaro, lo que sea, pero que puedas acariciar y abrazar, te ayuda a liberarte de esa opresión que sientes y te alivia muchísimo. Aunque no te apetezca en principio, el perro tiene sus necesidades y hay que sacarlo a la calle. Eso también te ayudará. Si tienes un acuario, pasar un rato observando a los peces nadando, a su ritmo, pasando entre las plantas y juguetes que tengas, también te sirve para cambiar tus pensamientos negativos.
Umm… ¿has quitado el botón de la estrellita para decir “me gusta”? Muy buen artículo
Vale, ya está 🙂
Reblogueó esto en El blog de Rodrigo JOCILES FERRER.
Qué buen artículo Reyes!! Efectivamente, hay momentos en los que no apetece nada más que desahogarse y recibir cariño y comprensión. Buenos consejos! :*
Muy buen post Reyes, yo también he recurrido alguna vez a alguno de esos trucos, pero lo que más me ha servido es un buen abrazo de mi marido o de mis hijos.
En este momento de mi vida. Q bueno! estas ayudas tuyas